Soy una gorda feliz pero no saludable

Ser gordo en una sociedad obsesionada con la delgadez puede resultar complicado. Sin embargo, yo soy una gorda feliz. Sí, lo admito, tengo sobrepeso y no me importa. Me siento bien con mi cuerpo y me acepto tal como soy. Pero, aunque me sienta feliz con mi aspecto físico, sé que mi peso no es saludable.

La obesidad es un problema de salud grave que puede llevar a enfermedades como la diabetes, enfermedades del corazón, presión arterial alta, entre otras. Por eso, aunque me sienta cómoda con mi cuerpo, sé que debo cuidar mi salud. No puedo permitir que mi felicidad exterior me haga descuidar mi bienestar interior.

Es por eso que he decidido tomar medidas para mejorar mi salud. He comenzado a hacer ejercicio regularmente, a comer de forma más saludable y a visitar a mi médico con mayor frecuencia. No quiero que mi sobrepeso afecte mi calidad de vida ni mi esperanza de vida.

Aceptarme tal como soy no significa conformarme con una mala salud. Es importante amar y respetar nuestro cuerpo, pero también cuidarlo y darle lo que necesita para estar sano. Todos merecemos sentirnos felices con quiénes somos, pero también merecemos estar sanos y sentirnos bien por dentro y por fuera.

Así que sí, soy una gorda feliz, pero no saludable. Y estoy trabajando para cambiar esa última parte. Porque la verdadera felicidad no solo se trata de cómo nos vemos por fuera, sino de cómo nos sentimos por dentro. Y yo quiero sentirme bien, tanto física como emocionalmente. ¡Es hora de hacer un cambio por mi salud!